"Para que una persona se sienta responsable de sus acciones, debe sentir que la conducta a surgido del yo."
-Stanley Milgram 

Stanley Milgram fue un sociólogo y psicólogo estadounidense, considerado de los investigadores mas controvertidos del siglo XX. 

Estudió ciencias políticas en el Queens College de Nueva York, se presentó a un postgrado en psicología social en la Universidad de Harvard siendo rechazado inicialmente, aunque fue aceptado logrando realizar seis cursos de psicología.  

Uno de sus compañeros de clase era el futuro psicólogo social Philip Zimbardo, y todos conocemos la controvertida trayectoria de Zimbardo. 

Los peligros de la obediencia.   

"Yo diría que, sobre la base de haber observado a unas mil personas en mis experimentos, si un sistema de campos de concentración de muerte de la clase que vimos en la Alemania nazi se estableciera en Estados Unidos, uno sería capaz de encontrar personal suficiente para esos campos en cualquier ciudad americana de tamaño mediano".

-Stanley Milgram

El experimento de Stanley Milgram, fue una investigación desarrollada en la Universidad de Yale en 1961, en la que se exponen los problemas directamente relacionados con la obediencia incondicional de un individuo sumiso ante las figuras de autoridad. 

Este experimento fue disfrazado como una prueba de memoria, y los efectos del castigo en el aprendizaje, donde a un sujeto de prueba se le leerían una serie de palabras que tendría que repetir en orden, por cada error, este recibiría una descarga electrica que aumentaría de intensidad por cada vez que no acierte. 

Lo que realmente se pretendía descubrir en este experimento es la capacidad de seguir órdenes de un superior, aún cuando las consecuencias implicarían ejercer algún daño evidente a otro individuo. 

El experimento consistía de 2 participantes: "el alumno" y "el profesoro", estos a su vez recibiendo indicaciones de "el director", el cual lleva a ambos al laboratorio de psicología en donde se sienta al alumno en una especie de "silla eléctrica", amarrándole los brazos con unas correas con el fin de que no haga movimientos bruscos, dando veracidad al posible dolor producto de los choques eléctricos. 

Al profesor se le coloca en un cuarto separado, donde solo puede escuchar las respuestas del alumno, se le da la indicación de dictar una serie de palabras que  el alumno deberá memorizar y repetir, si contesta erróneamente, se le aplicarán descargas electricas que aumentarán de intensidad con cada error. 

Al frente del profesor se encuentra un imponente "generador de descargas" con 30 interruptores que van de los 15 a 450 voltios con las siguientes advertencias: Choque Ligero, Choque Moderado, Choque Fuerte, Choque Muy Fuerte, Choque Intenso, Choque De Intensidad Extrema y por fin, Peligro: Choque GRAVE, antes de comenzar se le da una pequeña descarga al maestro para convencerlo de la autenticidad de los choques.

El alumno es en realidad un actor que no recibe ninguna descarga, sin embargo, se le pidió que se quejará cada vez de manera más agonizante, siendo el verdadero objetivo del experimento averiguar hasta donde llegaría una persona "común" si una autoridad le ordena provocar un dolor creciente en otro individuo, aun cuando se escucharan claramente los gritos de dolor y peticiones de detener las descargas, llegando al punto de no obtener respuesta alguna por parte del alumno. 

Lo impactante de los resultados es que al rededor del 60 a 80 porciento de los participantes llegaron al final, aplicando todas las descargas electricas, el director daba por terminado el experimento, luego de ejercer 3 choques de 450 voltios. 

Las cartas perdidas de Milgram 

Este experimento es simple, se dejaron más de 400 sobres sellados a lo largo de una ciudad, en distintos lugares, lo curioso era que el destinatario decia cosas como: “Asociación de investigación médica”, “Amigos del partido Nazi”, “Amigos del partido Comunista” o un individuo anónimo.  

El objetivo de este experimento era analizar la respuesta de aquellas personas que encontraran los sobres y si mandaban el sobre al destinatario final según su postura del destinatario en concreto, ignorar la carta, o destruirla. 

Evidentemente todos los sobres tenían escrita la misma dirección para comprobar si fueron enviadas o no, se recibieron a penas un 25% de las cartas al partido Nazi y al partido comunista, sin embargo la Asociación de investigación médica y las anónimas un 75%. 

La acción moral de los individuos, tal y como Milgram pensaba, está sujeta a una serie de prejuicios y supuestos que no necesariamente son personales. Este experimento demuestra una realidad social en la que lo "correcto" está ligado a lo "generalmente aceptado". 

Milgram repitió este experimento durante unas elecciones presidenciales, con sobres que se dirigían al comité para elegir a un presidente y viceversa. Milgram consiguió predecir quién era el candidato ganador en cada distrito según los actos de devolución de las cartas, más allá de cualquier encuesta 

The Small-World Problem.  

¿Tienes familiares o amigos que vivan en otra ciudad, otro país o incluso del otro lado del mundo?, sin duda en pleno siglo XXI la comunicación y redes interpersonales se vuelven cada vez más eficientes. 

Otra investigación de Milgram se titulaba "El Problema del Mundo Pequeño" (The Small-World Problem), en donde se explica un fenómeno social en el que dos personas tomadas al azar, que no se conocen absolutamente de nada, están ligadas por un numero relativamente pequeño de conocidos mutuos. Dicho fenómeno se explica de la siguiente manera, la persona (X) no conoce a la persona (Z), pero ambas tanto (X) como (Z) conocen a la persona (Y), por lo que están indirectamente relacionadas. 

Los estudios por parte del Massachusetts Institute of Technology (M.I.T.) demostraron algo sorprendente, realizando estudios sociales en los Estados Unidos, descubrieron el número promedio de conocidos que una persona puede nombrar con facilidad, 500 personas. La probabilidad de que dos estadounidenses elegidos al azar se conozcan mutuamente, es 1 en 200,000... pero la probabilidad de que ellos tuvieran un conocido en común aumentaba drásticamente, el 50/50 de probabilidad, como lanzar una moneda. 

El estudio de esta universidad era local y tenía en cuenta que, las personas que uno conoce, probablemente se conozcan entre sí debido a los círculos sociales que comparten, Milgram lo llevó al siguiente nivel. 

El experimento de Milgram básicamente ubicaba a personas al azar de partes alejadas de Estados Unidos, uno es el inicio, el otro el objetivo, dando nombre y dirección de la persona a la que debía mandar un mensaje, la persona en el inicio debía hacer llegar el mensaje a la persona objetivo, únicamente utiizando personas conocidas, para su sorpresa, los mensajes llegaron eficazmente al muchos de los objetivos. 

Los resultados demostraron que aproximadamente 2 a 10 personas fueron requeridas en una cadena de contactos para llegar de un extremo a otro, en promedio 5 personas conectan el inicio y el objetivo. 

Este fenómeno ha sido descrito por diversos autores desde múltiples disiplinas, tales como; Sociología, Hisotoria, Ciencias Políticas, Especialistas de la comunicación, entre otras.  

Existen dos posturas entorno a "el problema del mundo pequeño", uno gira entorno a la invariable relación que existe entre dos sujetos, sin importar la distancia entre ellos, la interconectividad de ambos es relativamente corta. Otra explica que existen lugares que simplemente son imposibles de conectar, debido a que sus circulos sociales son tan reducidos que no interactuan con personas externas. 

Parece que en este experimento aplica la típica frase: "Qué pequeño es el mundo".

Stanley Milgram es una de las personalidades más polémicas en cuanto a investigaciones del siglo XX, pero sin duda los resultados dan mucho de que hablar, incluso a día de hoy.