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February 12 2021, 7:41 am Público
Revuelo mundial por el supuesto encuentro con una sonda alienígena

Revuelo mundial por el supuesto encuentro con una sonda alienígena

El afamado físico de Harvard Avi Loeb ha provocado un revuelo mundial asegurando con sólidos argumentos que el extraño objeto interestelar denominado Oumuamua, que atravesó el Sistema Solar en 2017 después de un viaje de millones de años por el universo, era en realidad una sonda alienígena creada por una remota civilización inteligente ya extinta. Se compara con Galileo Galilei y asegura que es arrogante vivir como si fuéramos los únicos seres inteligentes del universo.

Además, Loeb sostiene que la búsqueda de vida extraterrestre no debería basarse en el hallazgo de elementos químicos que confirmen la vida, sino en restos de compuestos que permitan verificar que en un planeta existió desarrollo tecnológico, como por ejemplo los clorofluorocarbonos, que no pueden producirse de forma natural.

También critica a la comunidad científica, expresando que existen posturas persecutorias en torno a determinados temas o visiones, casi como sucedió con Galileo Galilei y la teoría heliocéntrica en su época. En una reciente entrevista con Scientific American, explicó por qué sigue sosteniendo su teoría y desplegó sus argumentos.

INUSUAL E INEXPLICABLE
En principio, es necesario recordar que Oumuamua se presentó ante nosotros en 2017 con una extraña forma alargada y características muy diferentes a las de cualquier asteroide o cometa conocido. Su aparición generó revuelo, y hasta hoy se mantiene la controversia sobre su origen.

Al mismo tiempo, el objeto deslumbró a los científicos al ser como mínimo 10 veces más reflectante que una de las rocas espaciales típicas del Sistema Solar. Como si esto fuera poco, Oumuamua aceleró de una forma anómala cuando se alejó, mucho más rápido de lo que podría explicarse en función de las condiciones gravitacionales que lo afectaban.

Según desarrolló Avi Loeb en un estudio publicado en 2018 en Astrophysical Journal Letters, Oumuamua había sido para el prestigioso físico el primer contacto de la humanidad con un artefacto de inteligencia extraterrestre.

Para el científico, las inusuales condiciones de forma, aceleración y brillo del objeto interestelar pueden explicarse de una sola forma: pudimos apreciar un “explorador” galáctico abandonado por una civilización alienígena ya inexistente, con una configuración de vela ligera que explica su extraño desplazamiento y características.

EXPLICACIONES Y CRÍTICAS
Arriesgando un poco más, Loeb explicó que existe una forma de probar el origen extraterrestre del objeto interestelar. “Si Oumuamua es miembro de una población de objetos que se mueven en trayectorias aleatorias, entonces deberíamos comenzar a encontrar, en promedio, uno de estos objetos por mes después de la puesta en marcha del Observatorio Vera C. Rubin”, indicó.

También expresó que es posible establecer un sistema de instrumentos, como por ejemplo satélites, que sean capaces de reaccionar al acercamiento de objetos similares, para de esta forma poder obtener fotografías de máxima precisión a medida que ingresan al Sistema Solar.

Para sus críticos, la teoría de Loeb es arrogante y hasta peligrosa, porque acerca a la astrobiología al campo de la pseudociencia. Insisten en que a pesar de su extrañeza, las propiedades de Oumuamua todavía lo ubican dentro del ámbito de los fenómenos naturales, siendo sencillamente un objeto perdido en el espacio o, técnicamente, un asteroide interestelar.

¿EN BUSCA DE LA VERDAD?
Pero Avi Loeb no es un improvisado ni un adicto a las teorías vagas y sin fundamento. El prolífico astrofísico ha realizado en forma consistente una investigación pionera y provocativa sobre los agujeros negros, las explosiones de rayos gamma, el universo temprano y otros temas de gran importancia para su especialidad, trabajos por los cuales se ha mantenido durante mucho tiempo como una de las figuras más influyentes dentro de la comunidad científica internacional.

Ahora, sin embargo, siente que sus colegas han abandonado el sentido común y que no son capaces de poner en duda sus creencias más arraigadas. “La ciencia no se trata de nosotros; no se trata de empoderarnos a nosotros mismos o de hacer grande nuestra imagen como científicos. Se trata de intentar comprender el mundo y está destinada a ser una experiencia de aprendizaje en la que nos arriesgamos y cometemos errores en el camino”, expresó.

¿Será un error la teoría que Loeb defiende con fuerza y que incluso ha motivado su último libro, titulado “Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth”? ¿O el error lo cometerán sus críticos, aferrados a sus teorías y argumentos y sin considerar que en la ciencia no hay verdades eternas? Será el paso del tiempo, una vez más, quien limpie las aguas y tenga la última palabra.



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