¿Y qué ha pasado? Pues que los hongos alucinógenos han empezado a crecer en su sangre...

La revista Journal of the Academy of Consultation-Liaison Psychiatry ha publicado el caso de un hombre de 30 años que fue hospitalizado después de inyectarse un "té" que había hecho con setas alucinógenas y el hongo había empezado a crecer en sus venas. En el informe, los investigadores exponen que el sujeto buscaba automedicarse para la dependencia de opioides y la depresión.

La familia informó que recientemente había dejado de tomar medicamentos recetados para el trastorno bipolar tipo I. Fue durante este período que comenzó a investigar los efectos terapéuticos de la microdosis de LSD y psilocibina, un psicodélico natural producido por más de 200 especies de hongos.

El sujeto consiguió las setas alucinógenas y preparó lo que llamó un "té de hongos" vertiendo agua hirviendo sobre el hongo, que contiene la psilocibina soluble en agua. Sin embargo, en vez de bebérselo, preparó una inyección. Ni corto ni perezoso se inyectó el brebaje directamente en sus venas.

Después de la inyección, comenzó a desarrollar una serie de problemas. Cuando su familia lo descubrió días después, tenía ictericia, náuseas, diarrea, confusión extrema y vomitaba sangre. Sus órganos habían comenzado a fallar, incluidos los riñones y los pulmones, y había sufrido una lesión hepática aguda. Su frecuencia cardíaca estaba por las nubes y sufría un shock séptico.

Una vez en la UCI, los médicos tomaron muestras de cultivo de su sangre, descubriendo que "la especie de hongo que había inyectado crecía ahora en su sangre".

"No está claro si la infección intravascular activa con un hongo psicoactivo como Psilocybe cubensis puede provocar efectos psicoactivos persistentes como se ve con la ingestión de la misma especie, lo que podría contribuir aún más a cambios en la percepción y la cognición", escriben los autores.