Hubo una época en que el rock era música masiva en torno a la cual giraba la industria discográfica. Y la figura del guitarrista, el semidiós por excelencia para desatar admiración y pasiones. Famoso es el grafitti decarando que Clapton es Dios, en Inglaterra... Una gran variedad de estilos, desde Hendrix hasta Santana. Desde Gilmour hasta Fripp. Townsead, Page, Beck o Blackmore... BB King o Buddy Guy para los añejos celosos de la tradición del blues que da influencia y cimiento al rock. Sobre estas indiscutibles leyendas y otros que de primera no mencioné pero igual han dado relevancia y vigor a la música, y han influenciado no sólo al rock sino a los propios ejecutantes (Zappa, Hackett, Howe, McLauglin...) nuevos valores de la guitarra se fueron sumando a la lista de héroes de la música y la escena.

  
 Recientemente se ha declarado al guitarrista del grupo Queen, el británico Brian May, como el guitarrista más influyente (o importante, o ambas...) de todos los tiempos. Y se desató el mame entre profesionales del mame: guitarristas que comentan en redes sociales. "Inmerecido" dicen unos "Obligado" dicen otros. Detractores y fanáticos hablan desde su pasión y probablemente desde su circunstancia. Consideremos con frialdad. ¿Cuántas canciones han escuchado en versiones en los bares que sean de Queen? ¿Cuántos quieren el 'gear' de Brian May? ¿Cuántos quieren 'sonar a' el guitarrista de Queen? Sin ser espectacular en el escenario y tampoco ser un prodigio de velocidad, innovación o técnica, teniendo por gracia que su guitarra la construyó con madera de una vieja chimenea y la tocaba con una moneda... ¿Qué lo hace superior o influyente?

  No es un secreto que la industria de la música, a pesar de haber dejado de ser discográfica, sigue en función del dinero y no del arte. Brian May forma parte de esa era de colosos que fueron en su momento, las bandas de estadio. Capaces de convocar y conmover multitudes con su performance. Lo mismo el aficionado que el alto melómano van a enojarse mucho conmigo después de las siguientes líneas pero no me importa. El motivo por el cual Bad Bunny es premiado como compositor del 2020 es el mismo que le otorga a Brian May el reconocimiento al mejor guitarrista: La derrama económica que representa. En mi opinión Mark Knopfler o Alan Holsworth son los guitarristas más influyentes en lo musical en el siglo pasado, por lo propositivo y lo variado de su técnica y ejecución. Tenemos a la saga a Satriani, Vai, Betncourt, Gilbert, Malmsteen, Kotzen, Prince, Peterik, Van Halen, Becker... Pero ninguno representa a la industria tanta derrama económica.

Sé que las proporciones con Bad Bunny son abismales en cuanto a construcción o lírica, que los estilos de música no merecen una comparación tan cutre, dirán los puristas. Pero el Sir astrofísico de la banda reina, aún representa una muy jugosa derrama por su trabajo musical en la banda a la que perteneció. Ahora más que nunca en que el rock ha perdido liderazgo y hegemonía en la música popular. El rockstar ya no es una figura aspiracional y aún así se escucha a Queen en proporciones estelares, más aún por el reciente filme en torno a su vocalista el fallecido Freddie Mercury. Brian May es una figura que puede asegurar la difusión, venta, no sólo de música sino de guitarras. La era de los grandes dioses y las bandas de estadio se ha terminado.

Para mi es un buen indicador. Es momento de redimensionar nuestras propuestas locales, nuestra escena independiente, nuestros artistas emergentes y nuestros guitarristas cercanos. Es momento de hacer un poco de randonautica cazando bandas chicas, sin glamour de rockstar pero con propuestas honestas, con netas qué cantar y con soprendentes combinaciones de estilos. Lejos de ofenderme o defender por o a Brian May procuro ver desde dónde lo premian, para qué y dónde estoy como público y como creador. Reviso los estilos de los guitarristas que me parecen meritorios y pienso si no saldrá algún fan de Stanley Jordan o John Petrucci a reclamar su casi intrascendente mención en esta publicación sorprendiéndome con algún nombre que he omitido pero dejémonos de especular ¿Qué dice el público?